Ser fotógrafo de bodas es un Cantabria es todo un lujo, tenemos playas preciosas, acantilados, bosques frondosos, pueblos históricos, la ciudad de Santander con su preciosa bahía. Todo esto hace que podamos hacer reportajes de boda muy diversos y con encanto. Cuando conocí a Ana y Jesús enseguida me di cuenta que eran una pareja con las ideas muy claras de lo que tenía que ser su boda. En un principio la ceremonia iba a ser en Santuario de la Virgen de la Barquera, en San Vicente de la Barquera, pero poco antes de un mes del día de la boda me llama Vanessa Abascal, wedding planner, para decirme que la vuelta ciclista a España iba a pasar por San Vicente el día de la boda y había que cambiar de iglesia, tras unos días pensando en cual podría ser la más adecuada decidieron que la más adecuada era Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Torrelavega. Ana siempre quiso casarse en San Vicente, pero pienso que el destino es caprichoso, y lo que en principio iba a ser algo desafortunado se convirtió en todo un acierto. Todo acompaño en esta boda, un día espléndido, unos novios encantadores, unos familiares e invitados alegres, una organización de diez con Vanessa Abascal wedding planner y sus azafatas que siempre me facilitan el trabajo. El banquete fue en El Nuevo Molino, en Puente Arce, es una finca preciosa con una cocina con estrella Michelín y un trato exquisito.